viernes, 30 de diciembre de 2011

SOCIEDAD ILLUMINATI Y EL NUEVO ORDEN MUNDIAL








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SOCIEDAD ILLUMINATI Y EL NUEVO ORDEN MUNDIAL

CONTENIDO

INTRODUCCION

CAPITULO I: LA NOCHE DE WALPURGIS

CAPITULO II: CREACION Y EXTINCION DE LA ORDEN DE LOS PERFECTIBILISTAS

CAPITULO III: EL MUNDO CAMBIA: REVOLUCION EN FRANCIA E INDEPENDENCIA EN ESTADOS UNIDOS

CAPITULO IV: SIMBOLOGIA ILLUMINATI EN LOS ESTADOS UNIDOS

CAPITULO V: ALBERT PIKE: ILLUMINADOS AL DESCUBIERTO

FUENTES.

INTRODUCCION

Corría el año 1784 en Baviera (Alemania), cuando el príncipe elector, conde paladín y duque Kart Theodor aprobó la disolución de los masones y los Illuminati al considerarlos una grave amenaza para la estabilidad de las monarquías europeas y la poderosa iglesia de Roma.

Cinco años más tarde, el martes 14 de Julio de 1789, se da inicio formal a la revolución francesa con la toma de la simbólica fortaleza de la Bastilla. El antiguo régimen comenzaba a derrumbarse, Luís XVI sería derrocado y los conceptos de libertad, fraternidad e igualdad se convertirían en los pilares de la edad contemporánea, siendo por todos conocido, que sin excepción alguna, los inspiradores y ejecutores de estos cambios pertenecían a la francmasonería.

De la participación illuminati en los acontecimientos de la revolución francesa, solo existen algunos indicios de los cuales nos encargaremos más adelante, pero desde ya planteamos el enigmático suceso de que fuesen, precisamente supuestos miembros de la orden creada en Baviera, quienes gestaron el movimiento de independencia en los Estados Unidos, existiendo abundantes conexiones entre el proyecto de esta nación y los símbolos que la identifican, con el plan de los illuminati.

Con esta investigación, pretendemos revisar la misteriosa presencia illuminati en los mas importantes hechos históricos de los dos últimos siglos. ¿Qué papel desempeñaron los illuminati en el estallido de las dos guerras mundiales, el fin del zarismo, el establecimiento del comunismo en Rusia, la creación de un estado judío y el conflicto árabe-israelí? ¿Acaso la humanidad se ha convertido en el juego de un exclusivo grupo que paciente y metódicamente, mueve sus fichas para consolidar el llamado NUEVO ORDEN MUNDIAL?

La lectura de este documento puede ser de interés para profanos y masones, sin embargo, para los segundos, se debe generar un interrogante adicional en cuanto al vínculo incuestionable entre las dos organizaciones. La masonería aunque hermética y selecta, goza de reconocimiento como institución de hombres libres y de buenas costumbres, esmerados en ser cada día mejores y movidos por propósitos altruistas; los illuminati, en cambio, son habitualmente percibidos como una simple leyenda de individuos siniestros y poderosos que pretenden destruir sistemáticamente todo lo establecido para erigirse como amos absolutos de una nueva sociedad.

CAPITULO I

LA NOCHE DE WALPURGIS

La noche de cada 31 de Octubre, es la acostumbrada en gran parte de occidente para celebrar la fiesta de brujas, en buena medida, porque esta tradición se incorporo a los Estados Unidos con la inmigración de antiguas poblaciones celtas, tales como los Irlandeses llegados en el siglo XIX. Es decir, que el popular Halloween de los norteamericanos, en realidad es una derivación de lo que ocurría hace más de 2500 años entre los fascinantes pueblos celtas asentados en el norte de Europa.

Los celtas dividían el año según las estaciones climáticas, de tal forma que el 31 de Octubre finalizaba el verano para dar paso a la festividad del Samhain acontecida el 1 de Noviembre, fecha en la cual, comienza el invierno y por consiguiente el año nuevo. En este ultimo día no solo era necesario resguardar los animales en los establos para soportar la llegada del invierno, también se creía que los espíritus emergían de los cementerios buscando resucitar en los cuerpos de los vivos. Frente a esta peligrosa situación, las gentes debían esconderse dentro de sus viviendas y colgar en las fachadas calaveras, huesos y todo tipo de elementos desagradables, esto confundía a los muertos que pasaban por allí inadvertidos, viéndose obligados a continuar su recorrido por el mundo de los vivos.

De la anterior forma, se explica que en Halloween se decore con motivos siniestros y que con frecuencia los disfraces representen entes de ultratumba.

No obstante, no es el Samhain la conmemoración celta que más nos interesa, sino lo que sucedía la noche anterior al 1 de Mayo, día conocido como Beltane y en el que iniciaba la primavera.

Este suceso que nos incumbe, es llamado la noche de Walpurgis, lógicamente ocurrido cada 30 de Abril al concluir el invierno. El especial significado místico de esta noche, radica en que al cambiar nuevamente de estación se abandona lo viejo y se destruye aquello que ya no sirve en el hombre, aquí se deja atrás el frió para pasar al calor, de cierta manera se muere para renacer.

En la mitología de las Eddas, es en la noche de Walpurgis cuando muere Odìn, el Dios principal de los antiguos nórdicos, desatándose el caos en el mundo y haciéndose frágiles las barreras que separan las dimensiones entre vivos y muertos. Si bien relatamos que la noche anterior al Samhain, los celtas despedían el verano y se encubrían de los espíritus, en la noche de Walpurgis; además de despedir el invierno, formaban fogatas en representación de la luz, impidiendo la presencia de los seres sobrenaturales provenientes del mundo de las tinieblas.

Aún en nuestros días, se conserva parte de la tradición encendiéndose las fogatas para esperar la llegada de la nueva estación. En esencia, este es un momento del cambio, aunque para efectos de nuestra investigación sobre los illuminati, no podemos perder de vista, que a partir de la expansión del cristianismo, la fiesta de Walpurgis ha sido señalada como la celebración del cumpleaños de Satanás.

De la noche de Walpurgis del 30 de Abril, al Beltane del 1 de Mayo, acontece una autentica transición equinoccial para los pueblos a los que nos estamos refiriendo y vale la pena detenernos un instante frente al concepto de equinoccio; de gran relevancia entre masones, y por supuesto, entre los illuminati.

Durante el año, el sol se sitúa en relación directa con los puntos cardinales de la tierra, presentándose cuatro periodos de gran valor para las sociedades místicas, a saber: equinoccio de primavera, solsticio de verano, equinoccio de otoño y solsticio de invierno. Nos centraremos solo en el primero de estos fenómenos cósmicos, cuando a la media noche de cada 21 de marzo, el sol entra en la constelación de Aries o cordero y entonces nace la primavera.

Más allá de las fechas, no encontramos ninguna diferencia sustancial entre el Walpurgis de los celtas y el trascendental equinoccio de primavera. Los masones, buscadores infatigables de la verdad, se preparan para ser abrazados con las energías renovadoras del cosmos, es la oportunidad de transformar lo viejo y caduco, en resumen; como en la noche Walpurgis, este es un momento de resurrección y cambio.

Hemos dedicado estos párrafos a la noche de Walpurgis, por ser una tradición claramente ligada al origen de nuestro objeto de estudio. Es pertinente mencionar aquí, algunos acontecimientos de la historia que involucran presuntos miembros de la orden illuminati, habiendo sucedido precisamente un 30 de Abril; por casualidad o premeditación, George Washington juro su cargo, como primer presidente de los Estados Unidos, un 30 de Abril de 1789 y Napoleón Bonaparte, vende Luisiana a Estados Unidos, por 80 millones de francos, otro 30 de Abril de 1803.

CAPITULO II

CREACION Y EXTINCION DE LA ORDEN DE LOS PERFECTIBILISTAS

En 6 de Febrero de 1748, nace en Ingolstadt (Baviera - Alemania) Adam Weishaupt, reconocido fundador de la orden de los Perfectibilistas o Iluminados de Baviera; hijo de un catedrático con raíces judías, Weishaupt, también se dedico a la academia como profesor de derecho canónico en la universidad de Ingolstadt. Adelanto sus estudios con los Jesuitas, de quienes tomo elementos ideológicos y místicos. Existen versiones de su ingreso a la masonería desde antes de fundar su propia orden, pero es probable que se retirara decepcionado, al no hallar un mayor compromiso político entre los masones con los vientos de revolución y cambio que soplaban para aquel momento en Europa.

Como líder de los Illuminati, Adam Weishaupt, se autoproclamo con el nombre simbólico de Espartacus, siendo interesante que escogiera para sí, el mote de quien fue el esclavo que dirigió la más grandiosa insurrección contra la republica romana. Hay que recordar que la vida de Espartacus se desarrolló entre los años 113 a.C. y 71 a.C. Su merito radica, en que después de ser comprado por un mercader y formar parte de la escuela de gladiadores de Capua, diseñó la estrategia para escapar junto a 74 hombres. Sus dotes en el oficio de la guerra le permitieron conformar un ejército de 70.000 esclavos y fracturar gravemente el sistema esclavista de la antigua Italia, en lo que se convirtió, en una sucesión de derrotas para los romanos. Encontró la muerte en su última pelea contra las legiones romanas, cuando al mando de 60.000 hombres en Apulia, fue fácilmente superado. A 6.000 de ellos, que no murieron en el combate, se les crucifico a lo largo de la Vía Apia, entre Capua y Roma.

Volviendo a Baviera; debemos decir que Espartacus, es decir Adam Weishaupt, no estaba solo en su propósito de constituir la sociedad secreta de los Illuminati, su más visible aliado fue el escritor y masón Adolph von Knigge. El prestigio de Knigge y la estrategia de infiltración en las logias masónicas, permitieron a los Illuminati, una rápida expansión por Alemania, Francia, Austria, Hungría, Suiza e Italia.

Si bien es verdad, que los Iluminados de Baviera gozaron de un crecimiento acelerado gracias a las habilidades de Adolph von Knigge, no menos cierto es, que el grupo inicial que acompañaba a Adam Weishaupt era bastante limitado, siendo muy difundidas las teorías, que indican que se trataban de 13 hombres reunidos entorno a 13 postulados. Este grupo fundador, fue el que se reunió en un bosque de Baviera para llevar a cabo el ritual iniciatico en que jurarían cumplir los fines de la orden Illuminati, la fecha escogida: la media noche del 30 Abril de 1776.

No podemos abstenernos de preguntar: ¿Por qué los Illuminati decidieron comenzar su proyecto, precisamente, en la noche de Walpurgis? ¿El caos que se genera en el mundo con la muerte del dios Odin, hacía especial esta noche para los Illuminati y sus propósitos? ¿Que esperaban de los espíritus venidos de ultratumba y en libertad durante la noche mágica? ¿Acaso los motivaba el poder de la luz que irradiaban las hogueras, de la forma en que lo creían los celtas? ¿O al tratarse de un episodio equinoccial, pretendían simbolizar la muerte de un orden social y político obsoleto para nacer a un nuevo orden mundial? ¿Podríamos descartar que Adam Weishaupt y su grupo, simplemente escogieron el 30 de Abril para celebrar el cumpleaños de Satanás?

Entre los miembros de esta nueva sociedad, señalaremos solo algunas personalidades de la época, destacadas en los campos de la filosofía, las artes, la política y la banca; entre ellos: el conde de Marabeau (Cuyo nombre como iniciado era Leonidas), conde de Cagliostro, el alquimista conde de Saint Germain, Herder (Damasus), El príncipe Fernandinando de Brunswick y el príncipe Karl de Hesse; así como el brillante escritor, científico, historiador, pintor, arquitecto, economista y filosofo Goethe (Abaris). Él, como autor del clásico Fausto, se encarga de inquietarnos, aún más, sobre la importante carga mística de la noche de Walpurgis para los Illuminati; en esta obra dramática el personaje de Fausto realiza un pacto con Satanás a cambio de conocimiento y grandeza. Ya en 1829 el pintor Johann Heinrich Ramberg, se inspira en las escenas de la noche de Walpurgis desarrolladas en Fausto y plasma en el lienzo la terrorífica imagen.

Dejando atrás la noche de Walpurgis, entremos en algunos de los aspectos de contenido simbólico para los Illuminati. El primero de ellos y que no podemos perder de vista durante la lectura de todo este documento, es la presencia del numero 13. A excepción de la categoría de Supremo Inmortal, de naturaleza secreta y reservado para los más grandes dignatarios, son 13 los grados del rito de los Iluminados de Baviera, a saber:

PRIMERA CLASE

1. Preparatorio

2. Novicio

3. Minerval

4. Iluminado menor

SEGUNDA CLASE

5. Aprendiz

6. Compañero

7. Maestro

8. Iluminado mayor

9. Iluminado dirigente

TERCERA CLASE

10. Sacerdote (Pequeños misterios)

11. Regente (Pequeños misterios)

12. Mago (Grandes misterios)

13. Rey (Grandes misterios)

Probablemente, cualquier masón se sorprenda al conocer este esquema de los grados del rito Illuminati y es que se quiera o no, es mucho más lo que une a estas dos sociedades secretas, que aquello que las distancia. El mismo Adam Weishaupt, entendió que su organización, no solo debía beber de la fuente de la sabiduría masónica, sino valerse de tan augusta institución para sacar adelante sus planes; como lo advertimos con anterioridad, Adolph von Knigge, resultó fundamental para este propósito.

No obstante; el 16 de Julio de 1782, durante la realización del congreso de masonería continental en Wilhemsbad, la fracción Illuminati intento hacerse al poder, pero sin recibir el apoyo de los iluminados teósofos de Swedenborg, frustrando de esta forma los planes de Von Knigge, quien se retiró decepcionado de los Illuminati dejando a Weishaupt enfrascado en una contienda contra los masones de Inglaterra, llegando incluso, a acusar a la Gran Logia de Londres de ser constituida por profanos y no por iniciados.

El 22 de Junio de 1784, los ambiciosos planes de la orden creada 8 años antes, aparentemente serían truncados por cuenta del edicto de disolución contra masones e Illuminatis, aprobado por el príncipe elector, conde paladín y duque de Baviera Karl Theodor. En el aire de Europa se respiraba revolución y las sociedades secretas eran percibidas como fabricas de conspiraciones, generando graves amenazas para las monarquías feudales y la propia Iglesia Católica.

La desgracia llegaba a la vida de Adam Weishaupt, su cátedra de derecho canónico en Ingolstadt fue cancelada y a causa de las persecuciones debió recurrir al exilio, desde donde es probable que continuará liderando el proyecto Illuminati.

Para los escépticos de aquella época, todas las dudas referidas a las atrevidas intenciones de los Iluminados de Baviera, les fueron disipadas el 10 de Julio de 1784 con la muerte de un mensajero al servicio de Weishaupt. Después de ser alcanzado por un rayo, se hallaron en el vestido del hombre, sorprendentes documentos relacionados con la estrategia para derrocar la monarquía francesa e instaurar un nuevo orden de los siglos a lo largo y ancho de Europa.

Por conveniencia o ingenuidad, los encargados de escribir la historia han reconocido la presencia masónica en los acontecimientos de la revolución francesa, pero niegan cualquier papel desempeñado por los Illuminati. Oficialmente la sociedad Illuminati desapareció de la faz de la tierra al ser disuelta años antes de la revolución francesa. Ahora nos encargaremos de revisar cuidadosamente los acontecimientos del siglo XVIII, que desmienten la extinción Illuminati, cuya marca no solo esta impresa en la revolución francesa de 1789, si no en la Independencia de Estados Unidos de 1776.

CAPITULO III

EL MUNDO CAMBIA: REVOLUCION EN FRANCIA E INDEPENDENCIA EN ESTADOS UNIDOS

La conspiración masónica e Illuminati ha sido abordada por una extensa cantidad de autores, pero en honor a la verdad, son escasos los textos elaborados con rigor científico y descontaminados de influencias religiosas o políticas. Desde el siglo XVIII, se ha producido una avalancha de teorías conspirativas, que se enfocan en la silenciosa presencia de las sociedades secretas durante el fin de las monarquías Europeas y la independencia del nuevo mundo, gran parte de esta abundante información debe ser recibida por el lector con el beneficio de inventario.

Por nuestra parte, recurriremos a las denuncias del Francés Augustin Barruel, quien en su condición de periodista y sacerdote Jesuita, sostuvo desde 1797 en su libro “Memoria Para Servir a la Historia del Jacobismo”, que el proceso revolucionario en Francia no solo fue sistemáticamente diseñado y ejecutado por los masones, si no que ocurrió una autentica conspiración entre pensadores ateos, Francmasones e Iluminados.

También en 1797, pero con independencia de Barruel, al tratarse de un masón iniciado en la ciudad belga de Lieja, el físico e inventor escocés John Robinsón, afirmo que los Iluminados de Baviera no desaparecieron con la disolución ordenada en 1784 y que junto a los Jesuitas, formadores del fundador Adán Weishaupt, infiltraron las logias masónicas Europeas, buscando el debilitamiento de la Iglesia Católica y el fin de la monarquía.

En términos generales, los estudiosos de la conspiración coinciden en identificar las siguientes estrategias Illuminati, en procura siempre de alcanzar el denominado Nuevo Orden Mundial:

  • Fin de las monarquías y todo sistema de gobierno que permita la concentración absoluta del poder en pequeñas elites.
  • Muerte de las religiones, en especial la poderosa iglesia católica predominante en occidente.
  • Consolidación e infiltración de gobiernos y grupos económicos.
  • Incentivo al comunismo, propiciando el caos y la confrontación política, que inevitablemente derivarán en la implementación de un Nuevo Orden para el Mundo.
  • Generación permanente de conflictos bélicos, holocaustos raciales y religiosos.
  • Fomento al desarrollo de nuevas tecnologías y medios de comunicación, como herramienta de alineación de masas e incitación de beligerancias.
  • Sustitución del concepto tradicional de familia para moldear individuos sumisos y fieles a las nuevas estructuras del poder.
  • Desaparición progresiva de los estados, unificándose el planeta en torno a un gobierno mundial, así como eliminación de nacionalismos y patriotismos.

El primer eslabón de esta cadena, debía constituirlo en el siglo XVIII, la independencia de los Estados Unidos frente a la corona inglesa y casi simultáneamente, el éxito de la Revolución Francesa, como punta de lanza hacia el final de las monarquías.

Cuando los 13 iluminados de Baviera, liderados por Adán Weishaupt, dieron inicio a su organización en la noche de Walpurgis de 1776, ya se estaban consolidando las condiciones para un gran cambio en Europa. En Francia gobernaba Luís XVI, el parlamento de los nobles acrecentaba su poder ante el rey, la represión del Tercer Estado se intensificaba, la crisis de la economía se manifestada en terribles hambrunas y la Independencia, ese mismo año, de los Estados Unidos había sido apoyada por Francia.

Estas circunstancias, sumadas al influjo de la ilustración, se convirtieron en caldo de cultivo para el estallido de una revolución, lo que lleva a creer que el misterioso plan Illuminati, fue concebido mucho antes de su fundación oficial pero desde el seno de las logias masónicas. En este sentido, al revisar los nombres de quienes participaron en las diferentes etapas de la revolución francesa, los autores concuerdan en que todos pertenecieron a la francmasonería, desde los filósofos de la ilustración, como: Montesquieu, Rousseau, Voltaire y D’Alambert pasando por los ejecutores como Mirabeau, Robespierre, Danton, Hèbert, el marqués de La Fayette y el Illuminati conde Cagliostro hasta el mismo Napoleón Bonaparte, a quien antes mencionamos, por haber elegido un 30 de Abril para vender Luisiana a los Estados Unidos.

Otras señales de actividad Illuminati en estos hechos históricos, las podemos observar en la incorporación, solo un año antes de la revolución, de antiguos líderes iluminados en la logia Amis Reunís de Paris, época durante la cual, también existió en Francia una logia masónica que se hizo llamar Les Illumines, adepta a la tendencia mística de Adolph Von Knigge.

Si bien, aquí hemos narrado algunos indicios que conectan a los iluminados con el proceso revolucionario francés, es en relación con la independencia de los Estados Unidos, que empieza a vislumbrarse claramente la materialización de los planes Illuminati y adquiere gran relevancia el marqués de La Fayette. Personaje este, que se embarcó desde Europa a América en 1777, para pelar junto al ejército de las colonias Estadounidenses recién independizadas. De vuelta a Francia y gozando del inmenso prestigio por sus meritos en América del Norte, fue elegido presidente de la Asamblea nacional y se convirtió en protagonista de la revolución francesa.

El marqués de La Fayette, cuyo nombre real era Marie-Joseph Paul du Motier, es reconocido como el hilo conductor que unía las dos revoluciones, hasta el nivel de operar como enlace entre George Washington y el rey Luís XVI, buscando financiación y apoyo para la independencia y fomentando la solidaridad económica con la causa de los norteamericanos entre sus hermanos masones de Francia, tarea en la que incluso estuvo acompañado por el padre de la patria y seguro iluminado Benjamín Franklin.

Tiempo después de la toma de la bastilla, La Fayette obsequió las llaves de la antigua prisión a George Washington, arraigando un vinculo indisoluble entre la nueva nación, la masonería y la revolución de la libertad, fraternidad e igualdad.

Fue el mismo La Fayette, por obvias razones llamado héroe de dos mundos, quien diseñó la bandera de Francia, escogiendo para ella los colores rojo, azul y blanco, pero como en las sociedades místicas e iniciativas, nada sucede por casualidad, estos fueron también colores dados a los principales símbolos de los Estados Unidos.

El 4 de Julio de 1776, día en que los representantes de las 13 colonias norteamericanas firmaron la declaración de independencia, se materializaron los ideales de libertad, igualdad y democracia. Pronto terminarían miles de años de monarquías absolutas, cuando los preceptos religiosos y la voluntad del rey se imponían sobre la razón del hombre. Los padres fundadores, reivindicaron a aquellos pensadores que concibieron sociedades donde la ley esta por encima del gobernante y las iglesias operan al margen de los estados. Es en esta dinámica que nace la figura del presidente.

Nuevamente la marca Illuminati se hizo visible y justamente, el 30 de Abril de 1789, se produjo la posesión del primer presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. George Washington, reconocido masón perteneciente a la logia de Fredericksburg en Virginia, se convirtió en el primero de una larga lista de masones en jurar como presidente de ese país. Pero debemos tener presente, que Washington no fue el único líder de la independencia iniciado en la masonería, como él, prácticamente todos los padres de la patria integraron la orden y los indicios de su doble vinculación a los Illuminati, abundan en los actos constitutivos de Estados Unidos.

Basta con mencionar a Paúl Revere, celebre patriota que en 1775, alertó a las fuerzas de las 13 colonias sobre la presencia británica en las costas de Massachussets durante las batallas de Lexington y Concord, detonantes de la independencia declarada un año después. Revere, perteneció a la reconocida Logia de San Andrés en Boston (Massachussets). Ya en 1773, los hermanos de esta logia fueron protagonistas del Boston Tea Party, episodio en el que se disfrazaron de indígenas para atacar un buque mercante adscrito a la Compañía Británica de la India Oriental, en protesta por el aumento de los impuestos al té ordenados por la corona.

La relación de independentistas y comandantes del ejército continental, es en esencia un listado de ilustres masones. Eran miembros de la orden: James Madison (Cuarto presidente entre 1809 a 1817), James Monroe, John Paúl Jones, Jonathan Dayton, John Dickinson, George Read, Henry Knox, Horatio Gates, Gerry Elbridge, Richard Henry Lee, Thomas McKean, Benjamin Rush, Richard Stockton, Roger Sherman y William Livingston. Aun más, se sospecha de la vinculación Illuminati de los principales artífices de esta gesta, es decir: George Washington, Benjamín Franklin, John Adams (Segundo presidente entre 1787 a 1801), Thomas Paine y John Hancock.

Algunos autores de prestigio, colocan en duda que Alexander Hamilton, Nathan Hale, Patrick Henry, Thomas Jefferson (Tercer presidente entre 1801 a 1809) y los ya mencionados John Adams y Thomas Paine fueran iniciados en la masonería, aunque no se ha desmentido la incursión de los tres últimos en la orden Illuminati.

No existe mayor controversia frente a la participación masónica en la independencia de Estados Unidos, las dudas que nos asaltan tienen que ver con una serie de elementos Illuminati inmersos en este proceso libertario. Para el lector desprevenido, los misteriosos detalles incorporados a los principales símbolos y documentos de la nación más poderosa del mundo, obedecen a la sabida influencia masónica. Nosotros nos encargaremos de realizar el análisis con más perspicacia y preguntarnos lo siguiente: ¿Un grupo de infiltrados Illuminati, coadyuvo a las logias norteamericanas del siglo XVIII, formadoras de los gestores de la independencia? O acaso ¿Todo el proceso de emancipación, hacia parte del plan Illuminati, para el cual las logias masónicas eran simplemente un instrumento?

DIEGO FERNANDO MARTINEZ MELO

RESPETABLE LOGIA LIBERTAD No. 11

ORIENTE DE BARRANCABERMEJA (SANTANDER)

ABRIL - 2009

http://logialibertad11barrancabermeja.obolog.com/plancha-masonica-sociedad-illuminati-nuevo-orden-mundial-primera-parte-370142

lunes, 14 de febrero de 2011

Alumbrados


Alumbrados

Los alumbrados fueron un movimiento religioso español del siglo XVI en forma de secta mística, que fue perseguida por considerarse herética y relacionada con el protestantismo. Tuvo su origen en pequeñas ciudades del centro de Castilla alrededor de 1511, si bien adquiere carta de naturaleza a partir del Edicto de Toledo de 1525.

Los alumbrados pueden englobarse dentro de una corriente mística similar desarrollada en Europa en los siglos XVI y XVII, denominada iluminismo que no debe ser confundida con la secta de los iluministas bávaros (o illuminati), ni, evidentemente, con la Ilustración. Es muy habitual utilizar el nombre de iluminista como sinónimo de alumbrado. También se utilizó en la época el nombre de dejado.1

Los alumbrados creían en el contacto directo con Dios a través del Espíritu Santo mediante visiones y experiencias místicas, lo cual llevó a la Inquisición Española a promulgar al menos tres edictos en su contra. Algunos místicos como Teresa de Ávila fueron inicialmente sospechosos de pertenecer a los alumbrados.En 1532 se realiza el proceso a Vergara, Tovar, Eguía, Juan del Castillo y María de Cazalla.2

María de Cazalla, procesada por alumbrada, en su defensa alegó que en Guadalajara alumbrada se aplicaba a toda persona recogida y devota.3 Los alumbrados se reunían en conventículos en pequeñas localidades del centro de Castilla, como Pastrana o Escalona, leían e interpretaban personalmente la Biblia y preferían la oración mental a la vocal, como hicieron posteriormente los quietistas.

Pedro Ruiz de Alcaraz, Isabel de la Cruz y Bedoya formaron el núcleo de Escalona de 1511, que algunos han considerado como un precedente del pensamiento de Juan de Valdés al proclamar el “amor de Dios” no como idea mística, sino como certeza absoluta de que Dios guía a la mente humana para poder leer la Escrituras con entera libertad.4 En este fragmento de la acusación inquisitorial contra los de Escalona se les compara con otras herejías medievales, como los husitas, y se manifiestan sus doctrinas:

se resucitan eregias porque aquel ynterior dexamiento aquella suspensión occiosa de pensamiento aquel no hazer mas de dexarse a que Dios obre y no ellos error fue de Ioannes hus y de Ioannes flirseso por Leuterio seguido que niegan el libre alvedrio para obrar puniendo la perfeezion en padezer y aquella perfeczion falsa que dogmatizan... de los bigardos y biguinos emano pues propone con ellos que los perfectos no son obligados a ayunar, a orar, ni a humana obediencia subjetos, ni a preceptos de yglesia obligados porque ubi pus dñi ibi libertas (ubi opus domini ibi libertas) y a la adoración y herimiento de pechos que niegan claro es se de los mismos y si el zelo del santo officio no lo ataja es cierto llegara a yntroducir la abominable caridad que almerico y fray alonso de meya dogmatizaron. Lo tercero es sy bien es el cevo del anzuelo en los hereticos mayor cevo es el mayor bien todos los ereges antepasados pretendían la evangelica verdad o bondad y esto el que mas lo pretendía el Leuterio perfido que pretende evangelica libertad...

5

El informe del prior de los dominicos de Lucena a la Inquisiclón de Córdoba, en 1585, recoge la pretensión de los alumbrados de comulgar sin confesar, porque creían que gente justificada y confirmada en el bien no pueden ya pecar6

Hernando Álvarez y Cristóbal Chamizo fueron unos clérigos de Llerena acusados de extender por Extremadura a finales del XVI y principios del XVII unas extravagantes prácticas y opiniones teológicas, que se consideraron equivalentes a las de los alumbrados por la Inquisición:

Al menosprecio de los preceptos divinos y a la profanación de los lugares más sagrados, unían una disolución carnal inconcebible, y las penitencias que en el confesionario propinaban, eran ayuntamientos sexuales de las confesadas con ellos mismos, enseñándoles que el Mesías había de nacer del comercio de una doncella con alguno de los confesores alumbrados.7

Contenido

1 Referencias

2 Bibliografía

2.1 Monografías

2.2 Artículos

Referencias

↑ Manuel de León Los «alumbrados» españoles y Lutero [1]

↑ Ricardo García Cárcel, (1996) La cultura del Siglo de Oro. Pensamiento, arte y literatura (Historia de España, vol. 17), Madrid, Temas de Hoy ISBN 84-7679-295-6 pgs. 31-32

↑ Pedro Santonja (2000) Las doctrinas de los alumbrados españoles [2]

↑ Nieto, sobre “Juan de Valdés y los orígenes de la Reforma en España e Italia”, citado por Manuel de León, op. cit.

↑ Citado por Pedro Santonja, op. cit., pg. 362

↑ Citado por Pedro Santonja, op. cit., pg. 365

↑ Hurtado, Publio. Supersticiones extremeñas. En: Revista Extremadura, t. II-IV, 1901-02 [3]

Bibliografía

Monografías

Antonio Márquez, Los alumbrados : Orígenes y filosofía (1525-1559), Taurus, 1980. ISBN 9788430635047

Álvaro Huerga, Historia de los Alumbrados (1570-1630), Fundación Universitaria Española, Madrid, 1978. ISBN 8473920449

Andrés Martín, Implicaciones señoriales del alumbradismo castellano en torno a 1525 (in Homenaje al profesor Antonio Vilanova, vol. 1, Estudios de Literatura española, p.13-30, 1989). ISBN 8476654820

Bernardino Llorca, La Inquisición española y los alumbrados (1509-1667), Universidad Pontificia de Salamanca, 1980. ISBN 9788472990715

Ricardo García Cárcel, Herejía y sociedad en el siglo XVI. Inquisición en Valencia. 1530-1609, Ediciones Península, 1980. ISBN 8429715525

Marcel Bataillon, Erasmo y España, Fondo de Cultura Económica, col. «Historia», trad. Antonio Alatorre, 923 pp., 1950. ISBN 9681610695

(en inglés) Henry Kamen, Inquisition and Society in Spain in the Sixteenth and Seventeenth Centuries, Indiana University Press, 1985. ISBN 9780253227751

(en inglés) Henry Kamen, Spain, 1469-1714 : A Society of Conflict, Pearson Education, 2005, p.121-122. ISBN 9780582784642

[editar]Artículos

Andrés Martín, Los alumbrados de Toledo en el Cuarto Abecedario Espiritual, o Ley de Amor, de Francisco de Osuna (1530), Archivo Ibero-Americano, vol. 41, n°163-164, pp. 459-480, 1981.

Andrés Martín, Los alumbrados de Toledo según el proceso de María de Cazalla (1532-1534), Cuadernos de investigación histórica, nº8, p.65-82, 1984. ISSN 02106272

Andrés Martín, En torno al estatuto de la mujer en España en la crisis religiosa del Renacimiento: observantes, beatas, alumbradas, Norba Revista de historia, nº10, p.155-172, 19891990. ISSN 0213375X

Luis Fernández, Iñigo de Loyola y los alumbrados, Hispania Sacra, n°35, 1983.

Angela Selke, Algunos datos nuevas sobre los primeros alumbrados. El edicto de 1525 y su relación con el proceso de Alcaraz, Bulletin hispanique, IV, 1952.

Augusta E. Foley, El alumbradismo y sus posibles orígenes, Actas del VIII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, vol. 1, p. 527-532, 1983. ISBN 8470901621

(en inglés) Alastair Hamilton, Heresy and Mysticism in Sixteenth-Century Spain: The Alumbrados, James Clarke Company, 1992.

(en inglés) Alison Weber, Little Women : Counter-Reformation Misogyny, in The Counter-Reformation de David Martin Luebke, p.148-152.